lunes, 22 de julio de 2024
PENSAMIENTOS SUELTOS EN JULIO DE 2024
¿Se han dado cuenta de lo importante que son para nuestra carrera las mujeres? Yo pienso que ahora son mayoría en la odontología mexicana, cosa que perturba a los conferenciantes extranjeros que me han preguntado al verlas sentadas en los auditorios que “si son auxiliares dentales” y se luego se quedan con la boca abierta cuando les respondo que son cirujanas dentistas o su equivalente. Y es que en otros países es muy difícil que tantos jóvenes puedan pagar sus estudios. ¡Pobres! Carecen de una UNAM.
¿Por qué cuestan tanto los tratamientos serios y bien hechos de la odontología? (Noten que la palabra odontología y sus especialidades va sin mayúscula, por favor). Hay muchos factores que la encarecen, pero seamos sinceros: cobramos caro. Y de nosotros han aprendido los técnicos dentales y, peor aún, las casas comerciales. Me he dado cuenta de que en México sólo disponemos de los materiales dentales más costosos del mercado, cuando en EEUU y Europa tienen resinas, materiales de impresión como los vinilsiloxanos, fresas y otras cosas de más bajo precio y similar calidad a los que nos venden acá. Por ejemplo: si vamos a reconstruir un muñon para colocar una corona, ¿por qué tenemos que hacer el muñón con resinas costosas si van a estar enterradas (por decirle de alguna manera) bajo una corona? Independientemente de que todo ha subido, en parte gracias a la 4T (aumentan los salarios mínimos a lo loco y causan inflación, claro), los comerciantes se han vuelto más glotones. Además, pocos dentistas se dan cuenta de que a mayor costo de sus servicios, menor es el número de quienes pueden pagarlos. Tengo alumnos que cobran $30 mil por colocar una guarda contra el ronquido (que ni siquiera ellos hacen y que les cuesta unos 150 dólares, o sean $2,700 más o menos). Eso se llama , aquí y en China (bueno, la verdad es que en China no sé) ro-bo. Dicen, y si no lo digo yo, que hasta los más ricos se sienten ricos hasta que van a que los atiendan los dentistas popis. Me temo que yo no soy la excepción.
Nunca en mi vida he visto tantos gringos comprando en el Walmart de Miguel Ángel de Quevedo como ahora. Nunca había visto tantos rubios (y rubias, afortunadamente) y orientales en los restaurantes y cafés de la colonia Condesa o de la Roma. ¡Claro¡ La Ciudad de México, y el país mismo, era una de las más económicas del mundo hasta hace unos años (ahora tenemos el dudoso honor de estar entre las más caras). Acá los extranjeros con dólares o euros hacen maravillas, aunque nos quieran hacer creer que el tipo de cambio se debe a un “súper-peso”, cuando la verdad es que las remesas y el que no compremos en el extranjero . nos han ayudado mucho. ¿Esta “gentrificación” es buena o mala? Pues buena porque trae divisas, pero mala porque cuando los extranjeros empiezan a alquilar depas y pagar restaurantes sin protestar por los precios estratosféricos, nos hacen a los mexicanos pagar más también. ¿Nos iremos a vivir a Honduras o a El Salvador?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario