viernes, 15 de marzo de 2024

LAS MUJERES Y LA ODONTOLOGÍA EN MEXICO

PALABRAS DEL DR. MANUEL FARILL 6 de agosto de 2011, Foro Reforma, Congreso Alta Técnica Dental Distinguidas panelistas, invitados especiales, señoras y señores: En un reportaje periodístico sobre la carrera de odontología que me envió hace tiempo mi amiga, la eminente odontopediatra y licenciada en historia Dra. Martha Díaz de Kuri, encargada de la sección de Historia de la Odontología en nuestra Facultad y en la Revista ADM, se mencionaba que la carrera “había sido ideada para que la estudiaran las señoritas Tal vez porque podían poner su consultorio hasta en la casa, pero solamente tal vez. Por cierto que hay que leer uno de los libros escritos por ella sobre la historia de nuestra profesión, el muy interesante y ameno: “El nacimiento de una profesión: La odontología en el Siglo XIX en México”, coedición del FCE-UNAM, México, 1994, ya en su tercera o cuarta edición. “La carrera de odontología es buena para las mujeres porque les permite poner su consultorio en su misma casa. De esa maneras no desatienden las labores domésticas ni se arriesgan a las habladurías”. me dijeron cuando indagaba yo, hace muchos años, por qué era tan grande la cantidad de mujeres en la facultad. Puede ser y puede no ser. La realidad es que en la actualidad la odontología en todas sus ramas, la profesional, la de investigación, la de docencia , la de técnica dental se ha tornado en una carrera casi exclusivamente de mujeres. Me cuenta una de mis asociadas que a ella le tocó estar en la UNAM en un grupo en el que había 15 mujeres y sólo tres hombres. A quienes duden de mis palabras, les conmino a que se sienten en las bancas de la explanada frente a la Facultad de Odontología de la UNAM a observar y/o calcular la relación entre uno y otro sexo. Ahora, los varones en la Facultad, puede decirse que son “benditos entre las mujeres”. Así ha de ser el Cielo. Es bueno, muy bueno, que haya muchas mujeres capaces que estudien nuestra carrera y la de técnico dental. Y digo esto con gran respeto y con el mismo énfasis que lo diría de los hombres capaces. Y lo digo también en esta época, en que nunca como antes los técnicos dentales han sobresalido tanto y han creado el inicio de un camino hacia el desarrollo pleno de su profesión, que estoy seguro de que en México alcanzará alturas gloriosas, entre otras cosas gracias a su unión y a la organización de eventos como éste, en el que sobresale la labor de la Revista Alta Técnica Dental, que debería llamarse “Alma Técnica Dental”. Si la capacidad es vital en nuestra profesión, el toque femenino de gentileza, de suavidad, no le hacen ningún daño a la imagen que el público tiene de los dentistas. Pero mujeres y varones tienen que seguirse actualizando en esta profesión que a mi juicio es la especialidad médica de más profundos cambios clínicos en tan breve tiempo. De hecho, si los dentistas que fallecieron en los 80 y 90´s volvieran a nacer, no reconocerían lo que ahora hacemos rutinariamente los dentistas que nos sentimos en la vanguardia Tanto así ha cambiado nuestra profesión, que se ha vuelto mucho más completa, más estructurada, más complicada y por ello más peligrosa (para los pacientes y para nosotros). Ya era tiempo. Ya tenemos como escuela primero y Facultad después 107 años como profesión científica, artística y técnica. Ya tenemos un exceso de escuelas y facultades… y de dentistas mal repartidos. Ya tenemos una industria y comercio de primera magnitud y todavía nos falta unirnos para tener fuerza, la fuerza de la unión y del número. Ya deberíamos tener diputados y diputadas, senadores, gobernadores y secretarios de estado que fueran, además, cirujanos dentistas. Nuestra profesión también, como las mujeres, sufre del acoso del subdesarrollo intelectual y de los rumores de que somos profesionistas relegados. Para las mujeres, como con todos, la lucha es constante. Es necesario adecuarse a la realidad y moldearse a diario, reinventarse día con día. Sobreponerse al acoso de los varones subdesarrollados y a los chismes de las mujeres envidiosas. Para las mujeres, no cabe duda, es mucho más difícil alcanzar la notoriedad y el éxito profesionales. No sólo por los factores que acabo de mencionar, sino porque además muchas veces se tienen que duplicar para ser madres —y a veces padres— de familia. Investigaciones recientes del mundo de la paleo-antropología muestran que la mujer en los albores de la humanidad era tan hábil para cazar, recolectar alimento y proteger a la tribu como los varones. Fue posteriormente cuando vinieron los absurdos resabios religiosos y sociales de una sociedad y las iglesias dominadas por los hombres que empezó el concepto de que sirven solamente para tener hijos, para procurarles placer, y cuidar a los esposos y para hacer la comida. Por estas razones, en esta época de equidad de género y de libertades vitales, invito a todas las mujeres a no perder sus virtudes y características, a que no jueguen a ser hombres ni mucho menos machos, a no perder nunca ni la elegancia ni el estilo ni su feminidad. La aparente imagen de fragilidad que es, a mi juicio, precisamente lo que les da más fuerza. Las invito a que no permitan que se devalúe su imagen, a que estén siempre arregladas y lo más bellas posible y a no permitir que se abuse de ustedes, que se les “cosifique”, sino que se les trate como lo que son y siempre han sido: seres humanos completos. E invito a sus parejas, a sus compañeros, a sus jefes y empleados a que las traten y juzguen como a otro hombre más, con sus mismas virtudes y sus mismos defectos humanos. Todo esto viene a colación porque me ha tocado el honor y el gusto personal de presentar a ustedes a un grupo muy selecto de mujeres completas que se han distinguido en la profesión odontológica mexicana y extranjera. Unas son cirujanas dentistas, otras son técnicos dentales, y todas son exitosas empresarias. De lo que se trata es que todas trabajan para mejorar a la profesión. Provienen de diferentes países, de diferentes medios sociales y profesionales, de empresas muy reconocidas algunas, de instituciones muy prestigiadas otras, de reconocida capacidad todas, así como de reconocida solvencia moral, de honradez indiscutible, de inteligencia privilegiada y, por si esto fuera poco, de belleza incontestable. Vamos a presentarlas una por una y luego vamos a dejar que nos digan qué hacen y, lo más importante, por qué y cómo lo hacen. Desde luego que la estructuración de este panel permite que ustedes les pregunten cosas pertinentes —no vale preguntar si son casadas o sus recetas de cocina o qué marca de maquillaje emplean— a través de papelitos que ustedes escriban y que las señoritas edecanes me harán llegar. Desgraciadamente tenemos un límite de tiempo que, aunque es generoso, no dudo pueda resultar insuficiente para este tema tan interesante. Dr. Manuel Farill Guzmán México , D.F.