lunes, 8 de enero de 2024

UNA PROBADITA AL POPOCATEPETL

Años después, ya en la Prepa 5, ingresé a un grupo de excursionismo, animado por mi amigo Emilio, llamado “Los amigos del bosque”. Con ellos fui muchas veces a Cruz Blanca, en el estado de México, a la parte de atrás (lejos de la carretera) de La Marquesa y a Tlamacas y Paso de Cortés, que es el valle que divide al Popo del Iztaccihuatl, y y se llama así precisamente porque por ahí pasaron Hernán Cortés y sus aventureros al iniciar la conquista del Tenochtitlán. ¡Qué maravillosa vista de aquella ciudad lacustre han de haber tenido! Tlamacas es el último sitio al que podías llegar en auto y de ahí principiaba el ascenso. En una ocasión, la segunda o tercera, que estuvimos en Tlamacas, arriba de Amecameca y tras de transitar por una peligrosa y solitaria carretera de terracería a la que ni de chiste iría ahora, empezamos a subir por diversión al Popo con ayuda de piolets, botas de excursionismo y gruesas chamarras y guantes. Ahí el suelo es de pura arena negra volcánica muy profunda, lo que hace difícil caminar ya que cuesta mucho trabajo ir desenterrando las botas de la arena en la que se sumergen a cada paso. Llegamos a donde iniciaba la nieve y seguimos subiendo otro poquito hasta llegar al entonces primer refugio para montañistas, llamado entonces El Queretano (creo que ahora está destruido), que es (o era) uno como tráiler metálico con camas en su interior. Claro que no llevábamos equipo especial para escalar ni crampones para los zapatos, pero sin querer llegamos a casi los 4,500 metros de altitud. Ahí fue donde al querido Emilio le dio “mal de montaña” por la falta de oxígeno. Se mareó, hablaba con trabajos, tuvo alucinaciones (dijo que veía a “procesiones de personas subiendo la montaña”), y nos tuvimos que bajar a toda prisa, pero sin resbalar en la nieve, hasta que él se normalizó al llegar a nuestro campamento base, el albergue “Tlamacas”. Nos dio un buen susto que afortunadamente no pasó a mayores. Ahora que veo la majestuosidad del volcán, y lo “nervioso” que está teniendo erupciones, temblores y fumarolas constantemente pienso que cuando uno es chavo no mide los peligros.

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